En cualquier deporte debemos de dosificar nuestro cansancio, recuperar fuerza, respirar rápido o lentamente según el momento. Sin embargo, surfeando, el dosificar las energías y la respiración es fundamental, y si hay olas grandes es vital.
Yo le llamo la barra de energía. Como en los video juegos, tenemos una barra que nos indica nuestro nivel de vida o energía, si estamos bien de fuerzas, si empezamos a flojear o si estamos en la zona roja, cansados y con la respiración ya entrecortada.
Para mantener nuestra barra de energía en la zona verde hay un elemento fundamental: estar tranquilos. Si estamos tranquilos no consumiremos tanto oxígeno al respirar, podremos absorber más aire al respirar y podremos pensar más claramente.
No debemos tener prisa, ni agobiarnos, ni ponernos nerviosos. Si vemos una ola gigante, la más grande de la serie, oscura y amenazante que nos va a caer a cinco metros podemos hacer varias cosas. Si vemos muy claro que nos da tiempo a librar podemos apretar un poco y remar más rápido para librarla.
Pero sin cansarnos.
Si tenemos dudas mejor no intentar superarla remando rápido, tan sólo coger aire con un par de buenas bocanadas e ir a hacer la cuchara.
El ponernos a remar a tope para intentar pasarla antes de que rompa, sumado a la ansiedad del momento, la tensión y la adrenalina que genera nuestro cuerpo, hará que gastemos fuerzas en un momento clave, y si llegamos tarde a pasarla y nos rompe justo en frente, llegaremos a pinchar la ola ya cansados. Si pinchamos la ola ya un poco cansados hará que en el impacto perdamos aún un poco más de fuerza, y salgamos a la superficie después de pinchar con la barra de energía comenzando a bajar, digamos en la zona amarilla.
Estamos cansados, aún con fuerza, pero ya un poco tocados y un pelín acelerados. Si después siguen viniendo más olas y seguimos remando con prisa y con ansia, hará que no podamos recuperar nuestra respiración del todo, y llegaremos a la siguiente ola aún más tocados.
Es una espiral que hace que uno vaya de más a menos. Cuanto más agobiados nos veamos, gastando más fuerzas para intentar salir de ahí rápido, estresándonos al vernos perdiendo fuelle en un momento cañero, sin poder recuperar el ritmo respiratorio, hará que nos agobiemos más y más.
La barra se está gastando y podemos correr el peligro de entrar en la zona roja, en la que casi no recuperamos las fuerzas. Respiramos entrecortadamente y las sensaciones que vienen a nuestra cabeza comienzan a jugar en nuestra contra. Y el agobio y el ansia empiezan a crecer.
Éste es el gran error:
Tener prisa, agobiarse, no recuperar fuerzas.
Hay que estar siempre tranquilos, y remar controlando la respiración. No tener prisa ni ninguna ansia por salir de cualquier apuro. Si tenemos que comer, comeremos. Pero no hacer esfuerzos no necesarios para librar de comer alguna que otra serie grande.
Al principio siempre cuesta, todo es más hostil, pero la experiencia y la confianza en las fuerzas de cada uno es fundamental.
Si estás cansado, acabas de pillar una ola, o te has comido una serie grande, hay que volver al pico remando tranquilo y volver a retomar la respiración normalizada, relajada, con amplias respiraciones pero tampoco sin forzar la caja torácica.
Nada tranquilo, con ritmo, respirando de una forma pausada con amplias inspiraciones. Si ves que viene la serie y te pilla subiendo en la zona de rompiente puedes apretar un poco, pero siempre manteniendo un ritmo tranquilo, sin alterar excesivamente el ritmo respiratorio y la sensación de control. Si ves que te va a caer una serie seria, grande, en la cabeza, asimílalo.
Mantén tu concentración, tu ritmo, si es inevitable es lo que hay.
Mantener tu ritmo cardiaco, tus pulmones oxigenados y tu mente tranquila. Esta es la base para poder manejarnos en el agua.
Jaime Diaz de Arcaya Veloso
